Desde Epigrafe sabemos que no hay recetas prefabricadas para los problemas de comunicación. Cada cliente tiene su estilo, su necesidad, su rubro y sus demandas específicas, por lo tanto las propuestas para solucionarlo tienen que pensarse desde el conocimiento en profundidad del caso.

Para iniciar un nuevo trabajo, lo primero que hacemos es coordinar una entrevista. La primera entrevista es sin cargo. Nos encontramos con el/la interesado/a para que nos interiorice en su proyecto y los problemas que desea solucionar. Puede ser que el poblema no sea directamente de comunicación -o al menos no identificado de esta manera por la persona- pero la comunicación integral es una perspectiva, es decir, un marco teórico desde el cuál analizamos las situaciones. Todo  lo que genera significado tiene que ver con el proceso de comunicación. Desde este enfoque, una empresa o emprendimiento puede tener distintas dificultades; para planificar, para atraer clientes, para generar compromiso en su equipo de trabajo, para ser visible, o bien para trasmitir lo que hace, entre otros.

 

A partir de esa primera entrevista, el equipo de Epígrafe se reúne para hacer una tormenta de ideas, es decir, pensar algunas hipótesis y diagramar posibles líneas de acción para solucionar las demandas explicitadas por el/la cliente/a. Creemos que trabajando en equipo sumamos más miradas y potenciamos la creatividad. Luego, se prepara una propuesta y un presupuesto. En el transcurso de los días posteriores, se coordina una nueva entrevista o se envía por correo la propuesta de trabajo, dependiendo de lo acordado previamente.

Si la persona está de acuerdo con la propuesta, se comienza a trabajar en el diagnóstico.  El diagnostico varía según el tamaño de la empresa o emprendimiento y el contexto en el cuál se comunica. Una vez detectados los distintos problemas, se los relaciona y ordena generando una trama de cuestiones a resolver. El propósito del diagnóstico es identificar el problema focal o nodal, es decir, aquel que origina otros. Nuevamente, el equipo se confecciona un Plan Integral de Comunicación.  Como desatando nudos, se trabaja con las demandas desde varias aristas para lograr soluciones y alcanzar los objetivos propuestos. A medida que las acciones se desarrollan se evalúa y analiza el  proceso para volver a pensar el Plan sobre la marcha y corregir imperfecciones con la nueva información que surge de su implementación.

El dialogo con el cliente es permanente ya que la comunicación es un factor clave y la estrategia debe ser consensuada. De esta manera no pierde la impronta personal de cada emprendedor o empresa.  Periódicamente enviamos informes con los logros obtenidos y las nuevas propuestas por implementar.

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