¿Cuántas veces nos sentimos frustrados por no poder encontrar el trabajo soñado o por estar atado a un trabajo monótono que no disfrutamos?

Es entonces que nos preguntamos: ¿Por qué no animarse a lanzarse por nuestros propios medios y emprender un nuevo negocio? Aquí, te contamos nuestra propia experiencia como emprendedoras en Epígrafe Comunicación:

Cuando decidimos comenzar con Epígrafe, tuvimos las típicas dudas que conlleva el inicio de un emprendimiento personal: ¿Estamos capacitadas para llevar adelante este trabajo? ¿Por dónde debemos arrancar? ¿Funcionará?

El inicio de un emprendimiento implica un desafío personal, ya que depende de uno la organización del tiempo y de los recursos que le va a destinar a este nuevo proyecto.

En nuestro caso, el primer paso que dimos fue TOMAR LA DECISIÓN de que queríamos crear algo propio, en donde pudiésemos volcar todas las ideas y expectativas profesionales que teníamos, y que quizás no encontrábamos la forma de plasmarlas en nuestro ámbito laboral. Es por eso que entendíamos que podíamos ofrecer un servicio distinto a través de nuestras propias experiencias, y que era una OPORTUNIDAD para aprovechar.

En este recorrido, debimos tomar decisiones y organizarnos para poder lograrlo. Poder escribir y ordenar las ideas en papel es muy útil en esta instancia.

Es entonces que podemos establecer una serie de pasos fundamentales que todo emprendedor debe transitar:

  1. IDENTIDAD: Definirse como empresa o negocio es un paso muy importante. Muchas veces conlleva mucho tiempo de análisis poder encontrar el nombre de nuestra emprendimiento o marca.

‘’Nosotras hicimos una lluvia de ideas en donde anotamos todo lo que queríamos comunicar y transmitir con nuestra marca. En este juego creativo, utilizamos desde palabras que remiten a sentimientos o acciones, hasta nombres o sinónimos referidos a nuestro campo de interés. Analizamos y descartamos muchas de las palabras que nos surgían en lo denominado brainstornirng. Tuvimos al menos tres reuniones en donde la consigna era asociar y pensar qué queríamos comunicar’’.

Además, es importante INVESTIGAR acerca del rubro al que vamos a pertenecer para ver cuáles son los nombres o marcas de las empresas o negocios de nuestra  competencia y poder distinguirnos.

  1. DEFINIR NUESTRO PÚBLICO: En este mismo proceso, es clave distinguir y precisar a quiénes va dirigido nuestro servicio.Es decir, quiénes van a ser nuestros clientes. Es importante definir el NICHO a explotar.  Entendemos como NICHO a los potenciales clientes que tienen necesidades comunes y que no están del todo cubiertas por la oferta general del mercado.
  1. IDENTIDAD VISUAL: Decidir y diseñar un logo que nos represente es tan importante como pensar nuestro nombre. En Epígrafe decidimos utilizar un colibrí violeta como logo porque creemos que representa el concepto de comunicación que deseamos transmitir. La elección del color, la forma y tipografía es parte del diseño a pensar.De la misma manera, todas nuestras redes sociales y productos institucionales deben coincidir con esta imágen que queremos proyectar para que nos reconozcan como una marca.
  1. IDENTIDAD DIGITAL: Entendemos que, hoy en día, la identidad digital de una marca es tan importante como la material. Por eso, este paso es crucial para decidir si necesitamos una página web y qué redes sociales van a ser parte de nuestro ecosistema digital. Debemos conocer a nuestro público para saber en qué red social interactúa más.
  1. PLANIFICAR: La planificación es crucial para poder garantizar un correcto orden de nuestro trabajo y que este se vea reflejado en nuestros clientes. Planificar las tareas y roles de cada uno de los integrantes del equipo para optimizar el tiempo nos permitirá hacer más eficiente nuestro emprendimiento.

Por lo tanto, debemos ponernos objetivos y metas a corto y largo plazo, para poder medirlas y observar si estamos recorriendo el camino correcto, o si por el contrario, debemos corregir algunos aspectos.

Esperamos que nuestra pequeña experiencia les haya sido ùti, y estamos a su disposición para ayudarlos o asesorarlos en lo que necesiten.

El camino del emprendedor es un aprendizaje constante. Al principio, puede ser cuesta arriba, pero el esfuerzo y el trabajo en lo que a uno le gusta, a la larga, da buenos frutos. Animarse a emprender nuevos caminos ya es parte del éxito cumplido.

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